Desde 2015, los grandes interferómetros terrestres LIGO, Virgo y KAGRA han permitido detectar estas señales -ondulaciones en el espacio/tiempo producidas por diveros eventos cósmicos-, aunque solo se han observado alrededor de un centenar, una fracción infinitesimal del total. Una nueva investigación de SISSA (International School of Advanced Studies), publicada en The Astrophysical Journal, propone utilizar una constelación de tres o cuatro interferómetros espaciales para mapear el fondo plano y casi perfectamente homogéneo en busca de ondas.
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